lunes, 31 de agosto de 2009

Out of service




No hay como perderse. Las seniales estan por todos lados. Si tu puerta tiene el picaporte roto, habra un cartel que verse "Out of service". Y a nadie se le ocurrira entrar a curiosear, o a tomar prestadas tus cosas para siempre. Quedan pocos lugares asi en el mundo. Aqui, los Amish salen a la luz y venden fruta, la gente respeta las seniales de transito, los kilometros se reducen en efectivas millas, y el gasto de hablar por celular se comparte (nadie pretende que te quedes sin saldo). Al principio me parecia un robo, pero he comprendido que se trata de una naturaleza un poco mas coherente (todos pierden, todos ganan?).
La naturaleza de las cosas siempre me sorprende, mas que nada, la naturaleza misma. El acantilado queda a diez minutos -a paso lento- y un yuyal de distancia. El sabado me toco guiar la manada (esencialmente iberoamericana) que se rezago el jueves, o que no sabia de la existencia de tan maravilloso lugar. El jueves fuimos acompaniados de Jeff y Nathan, pero era de noche. Apenas se pudo percibir la grandeza del lugar, un sin piso profundo y palpable que alimentaba el eco del tren del este, aproximadamente de unos dos kilometros y medio de largo. Nuestros pies se adormecieron en su paso. Nada comparable. El sabado, despues de la Lobsterfest, encaminamos nuestros estomagos pesados hasta el mismo declive. El atardecer vistio el paisaje a la perfeccion. Abdis (Marruecos) encendio un cigarrillo y colgo sus pies en el altar del Rey Leon. Karla (Honduras) poso para varias camaras, y el resto le sucedio en el pedestal panoramico. Razma (Afganistan) confeso haber danzado sobre el cielo, o algo asi. Pude imaginarme las nubes un tanto mas cerca que de costumbre. Varios grupos llegaron a la hora en que decidimos partir a casa. A nadie se le ocurrio tirar basura hacia abajo, o arrancar ramas para jugar al chicotazo. Nadie espera encontrar carteles alli (solo la naturaleza pura y exquisita), pero las seniales estan escritas: aqui termina la ley del hombre, lo descriptible. Una maravilla mas del otro lado del mundo.

jueves, 20 de agosto de 2009

La familia no es americana



Nadie se vuelve completamente "americano". Pero cuando llegas a este pais, dudas un tiempo. Te dan ganas de hacer todo lo que ellos. "You have to try Wendy's", y yo contesto "ok, of course!", aunque no sepa exactamente a que (tilde) se refiere. Todos caminan en manadas. Hay muchos blondos locales con paso de mastodonte. Los japoneses circulan cabizbajos. Susurran porque son invitados. Nosotros (los habla hispana) somos los lideres de la tribu salvaje. Seguimos el flujo humano, pero marchamos alerta. Los americanos recien llegados se paran frente a ti un buen rato solo para escuchar tu acento, tu risa, y se sonrien. Se alteran un poco cuando hacemos chistes. Hablamos tan alto que entienden por osmosis, como si las palabras les golpearan. Todo el mundo sabe que se aprende a golpes. Por algo le llaman "choque cultural". Despues, uno se adapta (al menos, eso se dice por ahi).
Manana llevo el mate a la Universidad. Y mis documentos, por si la policia me pregunta que clase de hierbas bebo. Les dire que "de la nuena", y alla ellos. Hoy me limite a tomar helado, para calmar el calor de estomago apenas soportable. Y apagar el fuego (hoy prepare comida china. Tuvo exito). Esa fue mi despedida de la familia Husler que, amablemente, me hospedo en su casa esta semana. Me alimentaron con alta cocina italiana (la familia de Lisa proviene de Italia), me instruyeron un poco en aleman (por el origen de Jay), y aprendi sobre dibujitos japoneses (Jack y Max son expertos). A veces se siente como si estuviera en varias partes al mismo tiempo: aca, alla, por ahi, lejos, cerca. Estoy en todos lados.

PD: Arriba: Max y Jay, Jack y Lisa.

lunes, 17 de agosto de 2009

Me pican los piques


Ya se que es lo que mas me pica: la falta de enies y tildes en este tablero yankee. Sabran perdonar este tipo de cosas (no se hagan las zotas, todo el mundo escribe mal, al menos en facebook). Los que no, aprenderan con paciencia. Mencione que les escribo desde una Mac ultimo modelo con super pantalla? (tampoco tengo el primer signo de interrogacion).
La familia Husler me hospeda amablemente en su casa, al menos por esta semana, hasta mudarme al campus universitario. No estoy mucho tiempo en la casa. Hay mucho para hacer en la Universidad de Juniata. Jay & Lisa, y sus hijos, Jack & Max, viven en una colina en las afueras de Huntingdon, Pennsylvania. Son personas muy amables, un buen ejemplo de familia para estudiantes de cualquier parte del mundo. La familia de Lisa viene de Italia. Le encanta la pasta y cocina muy bien. Tengo pan casero entre los dientes. Jay es escritor y profesor de biologia. Sabe de cine y de todo un poco. Hablo mucho con ellos y me sorprende lo abiertos que son. Ademas, dedican una hora de la noche a mirar dibujitos de Bugs Bunny con sus hijos, y dos horas de lectura en la cama (Harry Potter, y cuentos interesantes).
Hoy, en la Universidad, conoci cerca de veinte estudiantes de intercambio y becados como yo, japoneses la mayoria, algun chino y pocos sudamericanos. En la sesion de orientacion cultural aprendimos un juego de cartas, parecido a Corazones -ese juego que todo el mundo tiene en los ordenadores-, solo que los piques tenian mayor peso y los aces no sirven para nada. Era un juego en equipo, y los ganadores se cambiaban de mesa para competir con otros. Habia que inventarse senias. Pense en utilizar las muecas del truco, pero preferi reservar mi dignidad por un tiempo. Al final, se hizo una especie de charla grupal para escuchar la opinion de todos acerca de las cosas que sucedian cuando los grupos cambiaban de mesa. Una especie de metafora acerca de nuestra llegada a los Estados Unidos, las posibles repercusiones, causas, puntos de vista, reacciones primarias, etc. Las reglas cambiaban en todas las mesas. A veces lograba imponer las mias. Logre convencer a un mejicano de que estaba haciendo trampa con las cartas. En fin, las distancias culturales se sintieron al instante, pero todos nos sentiamos igual. Fue una gran experiencia. Hay que admitir que los estadounidenses saben recibir a los estudiantes, y tienen la capacidad de sorprenderte con cada actividad que organizan. Siempre es mas de lo que imaginas. Y mas simple. Y mas moldeable. Creo que estoy en una etapa de fascinacion, o algo asi. Pero anioro mi pais cuando encuentro coincidencias o vacios, o extraniezas. La gente esquiva los besos, se acuesta temprano, no miran television argentina, y los corazones valen menos que los piques. Y la carne es de mentira. Ya sabre perdonar algunas cosas.

miércoles, 12 de agosto de 2009

Y se va la cuarta


La gente hace cosas de las que se arrepiente un poco... no del todo. Por algo las hace. Probé mi "talento artístico" para meter la pata y hacer el ridículo para divertir a los demás. Me gané una entrada en la Sala Zitarroza de Montevideo para escuchar la Sinfónica de Tambores (el ticket terminó arriba de la estufa en casa, en el pedestal máximo de mi familia). Circula una versión no tan vergonzosa en Facebook, el clip bertonense que dedica su esfuerzo a dejarme lo mejor posible en mi súper actuación en el escenario, al compás de La Bifurcada, banda sonora hecha a mi medida. Esa fue en mi cuarta despedida. Al día siguiente, las amigas de mi madre y mis cuñadas me organizaron una "comilona" fabulosa. El domingo hubo partida doble: mi padre abrió la bodeguita familiar para acompañar una paella como Dios manda. En estado semialcohólico (reforzado con una sacudida del ómnibus de regreso a Montevideo), volví a la capital a disfrutar de un seminario de lectura, de la llegada de un amigo, de la compañía de gente que aprecio mucho. La última semana no ha terminado. Aún llegan invitaciones, porciones exageradas de comida y bebida a mi estómago, amigos con brazos largos y mails de la Embajada. Tengo ganas de que esta etapa no termine nunca, pero no sé cuánto más va a aguantar mi sistema digestivo. Ay. Espero no arrepentirme cuando me pruebe la ropa que empaqué.

jueves, 6 de agosto de 2009

Despedida sorpresa


Todos corren en la gran casa. Hay alboroto por la Colecta Nacional de Un techo para mi País, la gran tarea del año. Lu y yo estamos indignadas frente a la compu. Las palabras oficiales de la Separata para El País no salen con facilidad. La gente invade el territorio, nos arrinconamos contra la pared, sentadas en el piso. Los de Habilitación Social entran y salen. Ése era su espacio unas horas antes. Flo y Popi sentencian: "Estamos cansadas. Vamos a casa a terminar todo esto". Las cuatro viajamos en el Popi Express, pero apenas paramos en casa. "Hay que llevar un par de cosas por lo de la Separata". El viaje por la rambla fue ameno. De pronto, paramos en una estación de servicio. "Tápense los ojos", dijo seria Flo. Las dos, Lu y yo -sonrientes-, nos cubrimos los ojos con bufandas. Caminamos a ciegas, guiadas por hombros parlantes y pasos cortitos, seguros. "¡¡Sorpresa!!", gritó nuestro grupo de amigos y compañeros de Comunicación. Nos abrazamos, pedimos pizza, Lu y yo llamamos a nuestra gente para avisar que volveríamos inesperadamente tarde.

Lu se va a Los Ángeles a cursar toda la carrera de Comunicación. Confiesa que se ha puesto sensible estos últimos días. Está feliz, pero deja muchas cosas. Nos hacen de nuevo esa pregunta, la que todo el mundo plantea para ver qué cara ponés. "El amor supera la distancia, pero puede pasar cualquier cosa", dice alguien. No queda más que asentir. Me quedo con la duda de contestar lo de siempre. Arriesgo a decir mi molestia por esa pregunta, por los comentarios/suposiciones de otra gente inoportuna. En el fondo, entiendo que las dos elegimos un camino difícil, que se arriesga mucho, pero que se gana mucho más. Sé que, a la vuelta, varias cosas estarán diferentes, incluso nuestro punto de vista. Debo reconocer que tengo miedo, pero en este momento tengo más intriga y ansiedad. Espero encontrarme con gente que, cuando tenga la vista tapada, pueda seguirla con seguridad y también me sorprenda.